No hay tertulia televisiva que no se precie de contar entre sus filas con algún politólogo, un término que añadió a su currículo Pablo Iglesias y que hoy adorna a no pocos opinadores y algún que otro “enterado”, capaz de interpretar la realidad desde la obviedad.
Atendiendo a la acepción canónica que ofrece la web definición.de
“El politólogo es un especialista en politología, la ciencia dedicada al estudio de la política, entendida ésta como el diseño y la ejecución de acciones públicas para la organización de la sociedad.
Para convertirse en politólogo, es necesario contar con nociones de sociología, economía, historia y otras ciencias sociales. Además, el politólogo está en condiciones de analizar y clasificar diferentes sistemas políticos.
Entre los politólogos ilustres figuran nombres como Homero, Aristóteles, Platón, Plutarco y Nicolás Maquiavelo… y más recientemente intelectuales como Hannah Arendt, Harold Lasswell, Norberto Bobbio y Robert Alan Dahl.
El politólogo se dedica a estudiar, analizar e incidir en las diversas relaciones sociales y posee formación en materias tales como Administración Pública, Economía, Historia, Sociología, Relaciones Internacionales y Derecho, que le permiten observar su entorno de manera global y crítica.
La visión del politólogo lo sitúa en una posición desde la cual puede comprender cuestiones complejas. En el ámbito de la empresa privada, es un profesional que suele estar a cargo de la detección de necesidades, de la planificación de objetivos, del planteamiento de estrategias y del diseño y gestión de equipos y proyectos. Se trata de una figura clave dentro de instituciones y organismos de servicio público, gracias a la fusión de dichas capacidades con un profundo conocimiento del modo en el cual funcionan el sistema político y la Administración Pública.
Entre sus competencias y habilidades deben destacar:
La resolución de problemas y capacidad para negociar
La atención a las particularidades
La capacidad de síntesis, análisis, relación de conceptos y autoevaluaciónLa buena predisposición para trabajar con otras personas
La apertura al pensamiento crítico y gran imaginación
Un espíritu curioso e interesado por todo aquello que lo rodea
La adaptabilidad, sociabilidad, tolerancia y polivalencia
El gusto por la lectura y buena memoria.
El politólogo se caracteriza por ser un profesional capaz de observar los detalles a su alrededor, analizarlos y aprovecharlos en el estudio de diversos fenómenos de interés para los ámbitos social y político. Además, debe ser una figura con facilidad para trabajar en equipo y con la suficiente determinación para llevar adelante un proyecto desde una posición de liderazgo.
El politólogo analiza la realidad política y social de su entorno, para luego evaluar e implementar diversas políticas públicas. El gusto por la lectura es esencial, dado que su trabajo le exige la adquisición de un gran volumen de conceptos que sólo pueden encontrarse en espesos tomos; del mismo modo, muchos profesionales de este rubro se convierten en autores de referencia de la politología”.
Tras la lectura de todo lo anterior, todo indica que hay mucho intrusismo laboral en el mercado de politólogos.